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¿Corrupción en Amnistía Internacional?

ADECAF | 07.10.2006 00:10

Amnistía Internacional de Cataluña (España) sigue encubriendo las responsabilidades de la casta política y sindical catalana en los malos tratos a presos.


Presons / Prisiones
29 de septiembre de 2006

¿CORRUPCIÓN EN AMNISTÍA INTERNACIONAL?

 http://www.elpais.es/articulo/cataluna/UGT/condecora/sindicalista/condenado/maltratar/preso/elpepiautcat/20060929elpcat_12/Tes/

• Pese al informe del Consejo de Europa, Amnistía Internacional persiste en encubrir a las centrales penitenciarias catalanas

• El sindicato UGT Prisiones condecora a Manuel Allué Pastor ante la estupefacción de las organizaciones de derechos humanos de Cataluña, mientras Amnistía calla una vez más


Haciendo caso omiso al informe hecho público por el Consejo de Europa, donde se menciona expresamente al sindicalismo penitenciario catalán, Amnistía Internacional persiste en su reprobable actitud de ignorar la relación existente entre las ideologías sindicales de ciertas centrales penitenciarias y la instigación y encubrimiento de los malos tratos a presos. En el comunicado de AI “Preocupaciones sobre Europa y Asia” (Índice AI EUR 01/005/2004) se reconoce y da credibilidad al informe elaborado por el Observatorio del Sistema Penal y los Derechos Humanos de la Universidad de Barcelona sobre los malos tratos post motín de mayo de 2004 en la cárcel de Quatre Camins (Barcelona). Sin embargo, Amnistía olvida mencionar que este mismo organismo había apuntado ya en octubre de 2003 al sindicato Catac Prisiones (actualmente integrado en UGT) como instigador ideológico de las vulneraciones de los derechos humanos en los centros penitenciarios de la Generalitat de Catalunya. Así, una simple condena de Amnistía Internacional en la que se nombrara de forma expresa a los responsables doctrinales del corporativismo carcelario catalán habría podido frenar la escalada de palizas y vejaciones, pero esta ONG se ha enrocado en su negativa a admitir unos hechos escandalosos que delatan ahora cuáles han sido sus propias responsabilidades en el trágico desenlace.

En efecto, Amnistía Internacional conocía ya desde 1999 la situación de las cárceles catalanas y la existencia de las situaciones que ahora, después de que esta ONG ignorara olímpicamente los hechos, aparecen en las cabeceras de los diarios, los informes de los organismos europeos y los informativos de la televisión. Sin embargo, la presencia de elementos nacionalistas en la cúpula de Amnistía Internacional Catalunya, de acuerdo con el más puro estilo del denominado “oasis catalán”, ha hecho posible que los auténticos responsables del desastre, dirigentes políticos y sindicales del catalanismo, salgan impunes.

En la actualidad, Amnistía Internacional Catalunya es una oficina propagandística donde se gestionan las denuncias por vulneraciones de derechos humanos en función de intereses políticos. Sin embargo, cualquier crítica a esta ONG es considerada inaceptable por sus cuadros dirigentes. Amnistía ni siquiera se ha dignado a responder, de manera razonada, al informe que en el año 1999 le hizo llegar la Associació Democràtica Catalana de Funcionaris de Presons (ADECAF), el cual ha servido de base al informe del Observatorio del Sistema Penal y de los Derechos Humanos de la Universidad de Barcelona sobre malos tratos en las cárceles catalanas del año 2003. Cuando, después de cuatro años de paciente espera, y además en una situación de acoso laboral derivada precisamente de la denuncia, ADECAF exigió una respuesta, Amnistía Internacional tuvo la desvergüenza de responder que semejante reclamación equivalía a una “amenaza”.

Queremos recordar que Amnistía Internacional Catalunya es la matriz de esta organización en todo el Estado Español. La sección catalana de AI España hizo su aparición en la escena pública en los años sesenta con una campaña pidiendo la liberación del banquero Jordi Pujol, encarcelado por las autoridades franquistas. Era difícil que, en estas circunstancias, prosperara una denuncia que afecta precisamente al propio Jordi Pujol en calidad de gobernante. En efecto, encaramado en el poder y gestionando prisiones en las que los derechos humanos han sido aplastados durante veinte años, Pujol consiguió también que Amnistía Internacional Catalunya, “su” ONG amiga, mirara hacia otro lado. Así, en 1998 el Sr. Jordi Montaner i Maragall, a la sazón presidente de Amnistía Internacional Catalunya, reconoció que, en el tema de las cárceles catalanas, “no s’ha fet res” (sic) desde los traspasos de competencias penitenciarias al gobierno Pujol en 1984. Catorce años de “humanitaria” inactividad que la Generalitat, agradecida, conmemoró con la celebración del treinta aniversario de este tácito pacto de silencio.

La primera denuncia por vulneraciones de los derechos humanos en las cárceles catalanas ante Amnistía Internacional fue presentada por ADECAF en 1999, pero el documento terminó en la papelera hasta que Montaner fue “amenazado” con una denuncia ante el Secretariado Internacional de Londres por su actitud de complicidad con el gobierno pujolista. Sólo entonces se dignó a cumplir con el mandato de la organización y a enviar el texto a los investigadores de la capital británica. Sin embargo, las presiones para tapar el tema continuaron allí. Conviene no olvidar que entre los dirigentes del sindicato entonces denunciado se contaba nada menos que Ignasi de Gispert, hermano de la consellera de Justícia Núria de Gispert. En consecuencia, el informe ADECAF fue arrinconado años y años, sin justificación alguna. Únicamente los escándalos en los medios de comunicación, los repetidos motines y denuncias por malos tratos, el acoso laboral a funcionarios denunciantes y testigos judiciales de palizas, las fugas y otros hechos similares que no cesaron pese a los dispositivos de filtro del “oasis”, pusieron otra vez sobre el tapete la versión insobornable de ADECAF. Entonces, la Generalitat de Catalunya movió cielo y tierra para evitar una condena de Amnistía que hubiera representado otra mácula en la carrera del corrupto Pujol.

En el año 2001, un socio de Amnistía Internacional, el Sr. Ramon Parés, fue nombrado nuevo director general de prisiones en sustitución del corporativista Francesc Jiménez i Gusi. Sin embargo, los dirigentes nacionalistas catalanes no aprendieron la lección, de manera que, en lugar de atacar el corporativismo para cortar de raíz los malos tratos, se dedicaron a perseguir a los funcionarios denunciantes a fin de comprar la “paz sindical” en las prisiones y silenciar las voces críticas. Bajo el mandato de este curioso defensor de los derechos humanos prosiguió la política de endurecimiento de las condiciones de vida de los presos y el mobbing a los trabajadores comprometidos con la legalidad. Ramon Parés nunca quiso recibir a los miembros de ADECAF, a pesar de que también eran socios de la misma ONG. A principios de 2001, los funcionarios de ADECAF se dieron de baja de Amnistía Internacional como protesta por el silencio cómplice de esta organización. Finalmente, tras años y años de espera, ADECAF denunció la connivencia de Amnistía Internacional con el poder establecido, y lo hizo en un concierto donde se celebraba el nacimiento de esta ONG en Cataluña pocos días después de que la Universidad de Barcelona confirmara la validez del informe presentado por ADECAF el año 1999 y que los acontecimientos posteriores, como hemos visto, no han hecho sino corroborar hasta la náusea.

En mayo de 2004, ADECAF recibió una carta, sin fecha, de un miembro del comité ejecutivo de AI en Madrid, el Sr. Juan Lucas, donde se sostenía que Amnistía Internacional no puede tolerar de nadie las “presiones” (¡después de cuatro años de espera!) que ha realizado ADECAF al exigir una respuesta a su denuncia. Por lo que respecta a las amenazas, queremos reiterar que un miembro de Amnistía Internacional, el Sr. Fernando Bermejo, afirmó ante testigos que si ADECAF continuaba criticando a esta sacrosanta ONG, la cual al parecer goza de inmunidad metafísica por decreto propio, los responsables de Amnistía encargados de revisar las denuncias ya no harían caso de los escritos de ADECAF. A nosotros nos importan muy poco este tipo de “intimidaciones”, porque la verdad es que Amnistía, siguiendo lacayunamente las instrucciones telefónicas del poder, nunca ha hecho caso de los escritos de ADECAF, pero conviene subrayar que la amenaza del Sr. Bermejo, un sujeto que decía actuar por cuenta propia, se cumplió a rajatabla cuando nos pusimos en contacto con la Sra. Flori Estévez, de AI Catalunya, y ésta nos espetó que “ya no quiero saber nada de las denuncias de ADECAF”. Y es que el informe de la Universidad de Barcelona corroborando punto por punto el texto de ADECAF le había hecho subir los colores. En definitiva, hemos comprobado que, en Cataluña, finca privada de los nacionalistas, la veracidad y gravedad de las denuncias no importa, lo que verdaderamente cuenta es quién las firma y, sobretodo, a quién perjudican.

Barcelona, 29 de septiembre de 2006


ADECAF
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