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Freedom for Catalan political prisoners

Quico | 23.01.2003 13:59

FREEDOM FOR CATALONIA!

LIBERTAD ZIGOR Y LAURA

Una vez más el Estado español encarcela. Los dos ciudadanos de Terrassa (Vallès Occidental, Països Catalans) Zigor Larredonda y Laura Riera, han sido procesados por la justicia española por su forma de pensar. Su pecado: su relación con el movimiento okupa y los movimientos sociales de esta ciudad. Pensar diferente. Luchar activamente contra un régimen fascista que actúa con impunidad contra la libertad de los pueblos. Plantar cara a un gobierno que con unas leyes diseñadas al gusto de las multinacionales, condena a los pueblos que domina en la Península (y fuera de ella) a su desaparición, negando los derechos individuales y colectivos y poniendo entre rejas al que no quiera entrar en su juego democrático. Un juego democrático denunciado por Amnistía Internacional (véase documento año 2000), en el que la tortura, la coacción y la prisión es el destino del que se comprometa en luchar contra este régimen, homologado por las potencias europeas y los Estados Unidos, los mismos que homologan a otros estados terroristas como Turquía, Israel, Arabia Saudí, Kuwait, etc...

El Estado terrorista español sigue sin reconocer el derecho a la autodeterminación a los Països Catalans, Euskal Herria y Galiza. El estado terrorista español llama terrorista al que lucha por este derecho, reconocido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. El estado terrorista español tiene más de 700 ciudadan@s presos por defender este legítimo derecho, y en nombre de su sacrosanta Unidad ha ilegalizado recientemente a un partido político por su renuncia a echarse atrás en su lucha por la independencia del País Vasco. Este partido es Batasuna.

El Estado terrorista español llama terroristas a Batasuna. Llama terroristas a ETA. Llama terroristas a ETA y a quien considera que les apoya, porque esta organización armada lleva 44 años luchando por la independencia del País Vasco y todavía no se echa atrás. El estado español considera etarras, y por lo tanto terroristas, no sólo a los que militan y/o simpatizan expresamente con esta organización, sinó a toda persona que dice en voz alta "yo no soy español" y vive el día a día enfrentándose a la imposición española. Rebelarse a España y encima ser comunista, para el estado español es suficiente para considerarte un terrorista. Ayer eran rojos, hoy nos llaman terroristas.

Yo, como much@s compañeros más, soy un terrorista. En mi casa hablo catalán, pienso en catalán, con mis amigos hablo catalán, estudio en catalán, escribo en catalán, sueño en catalán, en catalán sonaban mis primeras palabras cuando del vientre de mi madre salí. Pero, a pesar de todo, en mi documento "nacional" de identidad pone "España", y para rematar, una discreta bandera rojigualda, la misma que usó el dictador Franco para alzarse contra la República en 1936. A pesar de todo, yo soy un terrorista que no puede estudiar en su lengua materna porqué las clases las dan en castellano. Mis profesores son casi todos castellanoparlantes, pero ellos pueden escoger la lengua para enseñar y yo, que soy catalanoparlante y vivo en mi Catalunya natal, me tengo que adaptar a unos profesores que no hablan mi lengua porqué no les sale del culo, y recibir las clases en su lengua, los libros de texto en su lengua, y yo, en mi propia casa, tengo que traducir mis apuntes. Qué duro es ser un terrorista.

Yo, terrorista, cuando la policía española me pide la papela en mi propia casa, les tengo que hablar en lengua forastera porqué sinó no me entienden. Cuando voy a la Seguridad Social o al INEM -Instituto Nacional de Empleo- (OTG, en Catalunya) me atienden en castellano. Estando en mi casa, tengo que pedirles que me hablen en mi lengua. Cuando llamo a mi compañía telefónica para hacer alguna gestión sobre mi teléfono, me atienden en castellano. Soy un terrorista.

Soy tan terrorista, tan nacionalista, tan malo, que cuando salgo por la calle luciendo algún símbolo de mi país, ni que sea la bandera, salen los immigrantes españoles que residen en mi villa cantándome sus piropos favoritos: "polaco!", "catalufo!" entre otros. En un país normal a éstos elementos se les llama mal educados. En mi país, soy un terrorista. Aún así, antes polacos que perros españoles.

Soy soy soy... Son, son son... Soy tan malo que encima, cuando entra verano decido ir a veranear al País Vasco. Librarme de esta chusma un tiempo para mí es un descanso. No digo que en el País Vasco no hayan, pero allí los espavilan más. El euskaldun es otro carácter. No es tan tranquilo como el catalán, o para decirlo de otra manera, es más alterado cuando le tocan las pelotas. Cuando llego al País Vasco, como no, me junto con más terroristas. Terroristas como yo, que hablan en su lengua natal, el euskera; y también tienen que soportar, como yo, las humillaciones de los españoles y su gobiernillo. Catalanes y vascos somos tan terroristas que ambos pueblos hemos acabado levantando las armas para intentar separarnos de España. Así lo hizo Cuba, y la verdad, le resultó más efectivo que un estado libre asociado (vaya expresión más rebuscada, por cierto). Por desgracia, las armas les han durado más a los cubanos y a los vascos, que a los catalanes. Pero no hay que desanimarse, todo llega.

Recuperando el hilo del principio, Zigor y Laura han sido encarcelados por ser dos terroristas más que también están soportando las humillaciones del Estado español, y cómo ellos, otro día le tocará a otr@. Le acusarán de etarra, de violento, de lo que sea. El caso es que luchar por la autodeterminación y simpatizar con el movimiento libertario en "España" está tipificado como delito. En la Constitución no, pero se la saltan tantas veces, que una vez más ya pasa casi desapercibida.

Soy un terrorista. Todavía no he tenido el placer de levantar una arma. De momento, me conformo con golpear con palabras. Con seguir luciendo mi catalanidad con orgullo. Soy patriota porque los españoles y su gobiernillo me obligan a serlo. Ellos me imponen, y yo me resisto. Porqué estoy en mi casa, los Països Catalans, y los españoles no me van a echar de mi casa. El capitalismo es el principal enemigo de mi pueblo, y con él, los estados capitalistas español y francés, que son los que directamente me tocan las narices. Podrán intentar arrancarnos de nuestra casa, pero a los Països Catalans nunca les arrancarán de su mar Mediterráneo, porque el orgullo mediterráneo late cada vez más fuerte, en catalán, y cada latido lleva consigo el nombre de cada uno de los hombres que dejan su vida en el Estrecho, en una barraca apaleados por algún elemento neonazi que al día siguiente saldrá a la calle sin cargos, en una cárcel víctimas de humillaciones o en la calle víctimas de los escuadrones de la muerte (terrorismo de Estado). Las olas del Mediterraneo bañan las costas de mi país, arrastrando mil años de historia, de ser un pueblo respetado a un pueblo humillado, en la cola de Europa, con una lengua discriminada, unas costumbres ridiculizadas, humilladas y algunas ya olvidadas. Las calles, los pueblos, las montañas que pueblan mi patria alojan en ellas una sociedad ciega, dormida, con jóvenes sin perspectivas, contratos basura, las viviendas más caras y los ricos cada vez más ricos aprovechándose del abuso de nuestra fuerza de trabajo.

Tengo muchas razones para seguir luchando, y así lo haré. Cuando luchas puedes perder, pero antes perder con honor que vivir arrastrado por el tirano. España nos pide guerra, y tendrá guerra. Pero no seguiremos su juego, les haremos seguir el nuestro. VISCA CATALUNYA LLIURE I SOCIALISTA!

Quico


Quico
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